Una despedida muy difícil

Así es como la siento y estoy segura que lo es para todos los que tuvimos la dicha de conocer a Verónica.

Ese ser humano tan especial siempre con su sonrisa única, solidaria, bien dispuesta, humilde, discreta, pero sobre todo un gran ejemplo de lucha y resiliencia.

Vienen a mi mente infinidad de recuerdos desde que ingresó tímidamente hace más de quince años como profesora de inglés en Escuela Primaria, pasó por Jardín y en los últimos años hizo sus grandes aportes en el Nivel Secundario.

Cuando digo aportes no me refiero sólo a sus condiciones profesionales sino sobre todo a sus riquísimos valores humanos que seguramente son el legado más sustancioso para la formación de niños y jóvenes y un ejemplo para todos.

Nunca había un “no” por respuesta, sus deseos de hacer y compartir fueron el motor que la empujaba aún en los momentos más difíciles.

Todos absolutamente notaremos su ausencia, las calles de Wilde, las aulas, el patio del colegio, el Club Solidario; en cada rincón dejó su huella, su impronta.

Esa huella de positivismo y de “ganas de hacer” a pesar de todo.

Hoy podemos comprobar que no es cierto que nadie es irremplazable, Verónica lo es, pero también es cierto que muchos tomando su ejemplo podrán ser los mejores discípulos ya que ella fue la

Gran Maestra de la VIDA.

También viene a mi mente la canción de Alberto Cortés:

“Cuando un amigo se va deja un espacio vacío que no lo puede llenar la llegada de otro amigo…”

Yo diría cuando un colega, compañero, ser de tamaña valía se va deja un espacio vacío que cada uno irá completando con lo mejor que recibió de ella y que sin duda fue hermoso.

Gracias Verónica por todo y por la dicha de conocerte y compartir.

Toda la paz que te merecés y toda la fortaleza para los que tanto te queremos.

Norma Castrelo

Directora

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