Para sentirnos mejor

14 de mayo 2021
Para Reflexionar nº2

 Actualmente y desde hace varios meses, todos nos encontramos frente a una situación que nos desacomodó la forma de vivir. Esta brusca interrupción e inesperada nos alteró en todo sentido a adultos, niños y jóvenes.

Estamos impactados y frente a una convivencia distinta a la que estábamos habituados. La virtualidad ayuda en algunos aspectos pero también estresa.

Muchas veces ese estrés se refleja en alteraciones del comportamiento y tenemos que prestar atención a ello.

Los chicos pequeños hacen berrinches, a veces están inquietos, gritan, se muestran apáticos frente a las propuestas de la familia y también de la escuela.

Los preadolescentes y adolescentes se enojan con mayor facilidad, se sienten desganados y desmotivados, cambian hábitos de higiene, sueño y de alimentación.

No nos tenemos que alarmar pero sí es conveniente estar atentos y si es necesario pedir ayuda ya sea a los docentes o a un profesional.

Nada será para siempre y cualquier cambio que sea favorable podrá encaminarse si se actúa con calma sin maximizar ni minimizar la situación.

Les transmitimos algunas sugerencias para que los chicos se sientan más seguros y puedan revertir los comportamientos disruptivos:

• Establecer una rutina para grandes y chicos que incluya un tiempo para actividades pautadas y también para el tiempo libre. Los niños, niñas y adolescentes pueden ayudar a planificar la rutina del día. Pueden definir, por ejemplo, cuándo van a hacer sus tareas escolares. Los chicos llevarán mejor la agenda si ellos mismos ayudan a elaborarla. La recomendación es armar una rutina diaria flexible, pero constante.

• Incluir algún tipo de actividad física en la agenda diaria. Esto alivia el estrés y canaliza la energía de los chicos en forma positiva.

• Al indicar el comportamiento que esperamos de ellos, debemos ser claros. Además, usar palabras positivas suele resultar más eficaz. Mejor decir por ejemplo, “guarda tu ropa, por favor” que ¡no hagas un desastre!”. Con gritos solo lograremos que se profundice el malestar en ellos y en nosotros.

• Ser realista en relación con lo que realmente son capaces de hacer o no. Por ejemplo, pretender que un niño pequeño permanezca quieto o callado por varias horas no parece viable, pero quizás sí que lo haga durante algunos minutos cuando lo necesitemos.

• Reconocer aquellas cosas que hacen bien seguramente fomentará que repitan esa conducta. Este comportamiento les mostrará que los consideramos y que nos preocupamos por ellos.

• Para tranquilizarlos, expliquémosle cuáles son las medidas que estamos tomando para cuidarlos. Esto les brindará seguridad, más si escuchamos sus sugerencias y las tomamos en serio.

• También podemos convertir el lavado de manos y otras medidas de higiene en un juego. Entre todos pueden inventar una canción o un cuento mientras se lavan las manos. Otra alternativa para promover la adquisición de buenos hábitos de higiene y cuidados es premiarlos simbólicamente cuando lo hacen bien en forma regular.

Fuente bibliográfica:

– “Continuidad en los aprendizajes, protección y contención emocional: claves para cuidar a los chicos y chicas frente al Covid-19”, UNICEF.

– “Covid-19. Recomendaciones sobre la salud de los niños, niñas y adolescentes en contexto de pandemia”. Ministerio de Salud de la Nación.

– “Lidiar con el estrés durante el brote de Covid-19, consejos para padres”, Organización Mundial de la Salud.

– “Lo disruptivo y lo traumático: Abordajes posibles frente a situaciones de crisis individuales y colectivas”, Moty Benyakar.

Puede resultar oportuno consultar algo de estas fuentes si fuese necesario.